Con el sobresalto en mis cejas y el desmayo en mi quijada, me enteré que ya mis sentidos comenzaron a experimentar recuerdos cruzados, como, por ejemplo, cada vez que percibo olfativamente los gases de combustión de los motocarros, mis papilas gustativas recuerdan el rico sabor de los tacos de guisado de res, tal vez esto se deba a que en el lado norte del mercado Jesús Carranza, en la calle 22 de marzo, estos olores se entremezclan.
A propósito del Mercado Jesús Carranza. Hace algunos años reaccioné con asombro al enterarme de que ya se vendían arreglos frutales, ósea, canastitas que contienen frutas, todo envuelto con celofán y coronado con un moño rojo, que son para regalo de cumpleaños o de un aniversario de boda.
Aquí mi asombro. Recuerdo que en Tehuantepec las frutas sólo se le llevaba de obsequio a las personas enfermas, a nadie más. Ahora comprendo, al igual que usted lo hará, el por qué nuestra madre tenía la costumbre de darnos de tomar el refresco de ‘manzanita’ Balseca cada vez que nos enfermábamos, claro está, era por la referencia de la fruta.
¡Quede esto como testimonio para nuestros hijos!
"LA TRANSMIGRACIÓN DE LOS RECUERDOS"
RÓMULO JIMÉNEZ CELAYA