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Thu, Apr

LA COCEI EN LA CALLE

Istmo
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Mucho ruido mediático provocó la convocatoria a la unidad de los líderes históricos de la COCEI porque somos muy dados a olvidar pronto, si revisamos nuestra historia local reciente, encontraremos que este ha sido una práctica recurrente de esta organización cada vez que siente perder las candidaturas a los cargos públicos, cargos que les proporciona las utilidades del manejo del presupuesto gubernamental. Lo diferente de la actual convocatoria es el pretexto, ahora fue la conmemoración de un suceso luctuoso (la enloquecedora represión gubernativa sufrida por el pueblo juchiteco el 22 de febrero de 1977), la promesa de defensa del presidente AMLO y exigir al gobierno el cumplimiento de los compromisos contraídos para la reconstrucción de Juchitán.

La convocatoria de la marcha por la unidad en Juchitán, del domingo 23 de febrero, tuvo una participación nutrida (el clientelismo político les sigue dando frutos a los líderes coceístas), y fue festiva como el carácter de los juchitecos; ahí se dieron cita las colonias y grupos de mototaxistas, gente cautiva por su pobreza, comprometida a asistir como pago de favores por ciertos beneficios recibidos, que cuando inició el mitin, abandonó a los líderes, reduciendo a más de la mitad el conglomerado inicial.

El discurso de los líderes históricos fue hueco, sin compromisos, autocrítica y disculpas. De donde intuyo que es otra jugada demagógica más de las que nos tiene acostumbrada la COCEI para no perder las candidaturas electorales venideras y el control político en el municipio.

Yo que viví el inicio idealista de la lucha por la justicia social de la COCEI, esperaba de los líderes históricos, además de un programa de lucha, con planteamientos puntuales para sacar a Juchitán de la deshumanización (violencia e inseguridad) y del colapso de los servicios y de la infraestructura básica municipal en que vive, una disculpa pública por la violenta crisis social que vivimos y por vivir con los lujos que viven.

Será lamentable que esta convocatoria de unidad concluya como las anteriores, después de las elecciones próximas; porque la COCEI es una fuerza real e importante que bien pudiera, si quisiera, enderezar proyectos de dudoso desarrollo y beneficio, como la eólica y el megaproyecto transístmico, e impulsar un programa de justicia social en la región.

Hacen falta líderes con alto sentido ético para convocar no solo la unidad de los coceistas, sino de todas las organizaciones de izquierda, para recuperar la paz, el desarrollo y la justicia social en Juchitán y la región. Sin embargo, la ambición de poder y dinero obnubila a los líderes actuales y no les permite dar pasos sin huaraches.

Los nuevos tiempos de renovación política impulsada por el presidente de la república, este aire democrático que recorre el país, conforman una nueva ciudadanía que desprecia y rechaza el agandalle caciquil de las candidaturas y el clientelismo electoral. A la COCEI se le cerrarán las puertas para siempre si no logra comprender el momento político actual, donde la ciudadanía comienza a participar en la solución de sus problemas y a demandar funcionarios que obedezcan al pueblo y no que pretendan mandarlo. El caciquismo político desvirtuó la democracia y empobreció a nuestros pueblos, es hora de sepultarlo.

Juchitán y el Istmo merecen un mejor destino, su larga tradición de lucha contra el abuso y la corrupción para conseguir mejores condiciones de vida y fortificar la defensa de su cultura, nos obliga a repensar y a enderezar nuestros actos. Necesitamos corazón y entereza para pensar en un proyecto común que desarrolle la prosperidad de nuestros pueblos. Es la hora de la unidad de las fuerzas progresistas y de izquierda en la región, sin menosprecio de nadie, para democratizar los espacios públicos, adecentar la administración de los recursos del pueblo, plantear o replantear los proyectos de desarrollo y ejercer la justicia con equidad, para construir una sociedad más justa, equitativa y democrática; una sociedad donde todos vivamos en condiciones de dignidad humana.

Bueno, esta es mi opinión, cada uno tiene su propia versión de la realidad, y todas las opiniones son respetables y valiosas.
Guidxiguie’ quichi’, Lulá’,
beeu biropa, iza 2020.

 

Senado de la república