Juchitán de Zaragoza, Oaxaca.- La aventura dio comienzo hace 16 años, cuando una de sus primas cumplía años y la familia no encontraba un payaso para alegrar la fiesta.
En ese entonces Gema Amelia López Luna tenia catorce años, estudiaba la secundaria, nunca se imaginó que este sería el oficio que lo llevaría a recorrer casi toda la región del istmo, la capital del estado y varios municipios del estado vecino de Veracruz.
Gema recuerda esa primera vez, cuando sus tías se encontraban desesperadas por encontrar a un payaso, espontáneamente le salió desde el fondo de su corazón decirles “yo me aviento”, y una de sus tías que costuraba, le tomó la palabra y le confeccionó un enorme traje, su primer traje, de eso hace ya 16 años.
Ella aprendió este oficio viendo a sus compañeros, le gustaba ver como se maquillaban, como hacían su show, observándolos fue preparándose poco a poco.
De ahí tuvo la oportunidad de irse a un evento nacional de payasos que se hace en el mes de octubre en la ciudad de México, de ahí no ha detenido su preparación.
Durante su trayectoria ha tenido un sinnúmero de experiencias, sin embargo las que vivió y obtuvo después del terremoto del 7 de septiembre de 2017, le marco su vida.
En un campaña denominado regalando sonrisas, ella junto con su equipo de trabajo recorrieron varias secciones de la ciudad, alegrando un poco el dolor que vivian los niños y los adultos en ese momento, trágico que atravesaba la ciudad, “el terremoto –dice- nos afectó a todos y la payasita “Gema” salió a regalar sonrisas, las fechas ya programadas se vinieron abajo”, económicamente no gano nada de dinero, pero su corazón se llenó de amor y felicidad de ver tanta gente reír y sonreír en medio del dolor, eso –dice ella- es algo que no se puede explicar y no se puede escribir y te llena de gozo haber aportado algo, por muy pequeño que haya sido.
Gema tiene una hija de 12 años ya, y la recuerda cuando era más chiquitita, su hija la miraba cuando se maquilaba y, un día repentinamente comenzó a imitarla, trato de maquilarse y dar piruetas, maromas y a dicir chistes, eso le lleno de alegría el corazón de madre que palpita debajo de ese disfraz que usa en cada presentación que lleva a cabo.
La payasita “Gema” sonríe, es una mujer igual que todas, con un corazón enorme, que llora ante el dolor de su gente, que ríe y lleva alegría, aunque su corazón este partido por algo que le esté sucediendo, la función debe de continuar, su profesionalismo no le permite detener el show, aunque su pueblo sufra en este largo camino de la reconstrucción.